Ombudsman (del sueco ombudsman, comisionado, representante, defensor) es un término utilizado para referirse al defensor del pueblo. En todo el planeta existen personas encargadas de esa defensa, de proteger los derechos humanos, de denunciar las vejaciones ejecutadas por aparatos del estado, patronos, etc.
En nuestro país, en la fátidica decada de los 80s tuvimos un Custodio, un fiel defensor, me refiero al Dr. Ramón Custodio López, es innegable la valentía demostrada al momento de denunciar capturas, asesinatos, desapariciones provocadas por los militares y los titeres del gobierno yanqui. Ciertamente el Dr. Custodio fue la voz de los oprimidos, la voz que clamaba en el desierto.
Pasaron los años y este Dr. no sabemos si por causas de su ancianidad o sabra él que intereses cambió totalmente, ahora parece más un vocero del COHEP (empresa privada), da pena ver a éste personaje como se expresa en contra de la voz del pueblo, de ese mismo pueblo que antes el defendió y que ahora debe hacerlo con más fuerza y energía pues es el comisionado para la defensa de los derechos humanos.
¿Estará senil este señor?, ¿Se le olvidó el concepto de ombudsman?, ¿Los dólares valen más que el honor?, ahora se pavonea defendiendo una constitución excluyente, absurda, nos imaginamos que es muy difícil decirle que no al encanto del poder, sus nuevas amistades parecen tratarlo con dulzura, esas amistades que antes lo tildaron de ñangara, ahora es pusilánime un esclavo de las opiniones de los ferraris, de los canahuatis, goldsteines, pepes lobos y ovejas, etc.
Dr. Custodio, el pueblo pide, reclama aparte de pan, trabajo y seguridad, una reforma, quiere ser escuchado, quiere opinar, ordenar, cuál es el miedo ahora al pueblo, usted que antes se enfrentó a los gorilas de fusil y medallas, usted que no tuvo miedo de denunciar embajadores yanquis, politicos corruptos, empresarios esclavistas, usted Dr. ¿ya se le olvido?
En tiempos como estos, pareciera que no quedan héroes, que el pueblo está indefenso, pero lejos de eso estoy seguro que el pueblo es el elegido para ser su héroe su defensor, nadie nos puede defender si no lo hacemos nosotros, nadie nos escuchará si no opinamos, si no gritamos y decimos ¡Basta!
Quédese en su inmundicia, en su oficinita, con su Montblanc firmando papeles absurdos, recibiendo los dólares del opresor, quédese ahí, triste, senil y absurdo.
Ladilla atómica