La montaña (parque nacional "La tigra") había cuidado nuestro sueño y con la niebla aún en sus cumbres salimos rumbo al festival. La reptante carretera nos hizo pasar por pintorescos pueblos hasta llegar a las todavía más reptantes calles de la capital de Honduras; la intuición y viejos recuerdos nos llevaron hasta las puertas de la Universidad, el guardia a ver nuestras identificaciones nos dejó pasar amablemente. El pavimento se troco en tierra y desde lo lejos vimos el impresionante escenario donde artistas nacionales e internacionales alzarían la voz contra la injusticia, la mentira y los golpistas. Nueve de la mañana y los primeros tambores sonaron en la tablas, pasarían las horas y con ellas las voces del teatro, de la poesia, del discurso, de la música. El público no dejaba de llegar debidamente identificados con los colores de su organización p
ero sobre todo con los colores de la revolución, con los colores de la denuncia, de la lucha por la justicia y con los colores de la dignidad del pueblo hondureño. poco antes de cumplirse las doce horas de actividad febril en aquella polvorienta cancha de la universidad y cuando ya no cabía un alma más y cuando los que estabamos alli eramos una sola alma pidiendo justicia, saltaron a la palestra los que cerrarían con broche de oro la jornada, Los Guaraguao. Así es mis amigos fuen un día mágico, un dia lindo para ser Ñangara(izquierdista) un día que quedará guardado para siempre en nuestras memorias, un festival al que Ladillas en la sien no podía faltar. Nos trajimos de este festival la alegría del arte, el mensaje de la música contestataria, el animo del público que montó su propio espectáculo del otro lado de la barrera, el ánimo de los compañeros de lucha, el apoyo de los artistas y pueblos del mundo pero sobre todo nos trajimos un mensaje claro y contundente: El pueblo hondureño organizado vencerá.
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El inspector ladilla
